Kathryn Gillmore
Cree fielmente que una de las funciones más importantes del diseño es simplificar y facilitar experiencias, y a su vez, que el usuario se sienta considerado.
¡Como no admirarla!
¿Cómo y cuándo nace tu interés por el diseño?
Inconscientemente desde muy pequeña: mi papá tenía un Mac, y me entretenía dibujando en bitmaps. Mi hermana mayor entró a estudiar diseño cuando yo tenía 6 años, por lo que estuve vinculada al entorno visual a través de ella, porque la acompañaba mucho, incluso a la universidad. Luego ya mayor, me interesó la geometría y la abstracción, Paul Klee fue mi primer referente de pintura y me gustaban las matemáticas. Dudé en estudiar arquitectura pero me di cuenta de que mis aptitudes se vinculaban más con las dos dimensiones y por eso decidí estudiar diseño.
¿Si tuvieras que definirte como diseñadora, que dirías?
Creo que soy diseñadora en todo el espectro de la palabra, para mí el diseño es una forma de vida, desde el orden del lugar donde uno vive, las costumbres de la vida cotidiana, los objetos que elegimos etc.
Me interesan todas las áreas del diseño, aunque no me dedique específicamente a cada una. Tengo un especial interés por la información compleja, graficar y realizar infografías es una manera de acercar al público a comprender situaciones que pueden ser poco atendidas o difíciles de entender de una forma no visual. Creo que una de las funciones más importantes del diseño es contribuir a simplificar y facilitar experiencias, y a su vez, que el usuario se sienta considerado, como cuando te pruebas algo de ropa y sientes que estaba hecho para ti. Libros, logos, páginas web, instalaciones, edificios, todo tiene otra percepción cuando hay buen diseño de por medio.
¿Cuáles son los temas que te gusta incluir en tus diseños, en qué te inspiras?
Actualidad, color, geometría, tipografía.
De todos los proyectos en lo que has trabajado, ¿cuáles te han marcado y por qué?
Las exhibiciones en las que he trabajado para la Pinacoteca de Múnich, que luego han viajado por otras ciudades como Nueva York, Basilea y Venecia, por lo que ha sido una experiencia también de reinterpretación de un proyecto. Las publicaciones con trabajo infográfico, el catálogo e imagen para la muestra de Chile en la Bienal de Arquitectura del año 2018.
¿Cuáles son las mayores satisfacciones y desafíos que has tenido en tu carrera?
Diseñar para otros países ayuda abrir el espectro de lo “conocido”, trae vértigo pero un vértigo positivo, genera inevitablemente una gran autoexigencia y adrenalina para trabajar con altos estándares. La docencia también ha sido algo importante, ya que la interacción con nuevas generaciones, el transmitir conocimientos, y tener que estar al día es un excelente input para la vida profesional.
¿En qué proyecto estás trabajando? ¿cuáles son los planes para este año?
Estoy en un momento de replanteamiento de procesos y proyectos en los cuales involucrarme. La pandemia ha hecho grandes modificaciones, la impresión masiva ha disminuido y las personas tienen acceso a la información mucho más a través de los medios digitales, eso ha desencadenado por ejemplo en que esté en trabajando en varios proyectos web.
Por otra parte creo que es importante no olvidar los proyectos personales, ser a veces el propio cliente para de esta manera ejercitar, y entregarle a la vida profesional un valor propio. Ahora también estamos empezando a modificar la última exposición que diseñé para la pinacoteca de Múnich que viaja a otra ciudad de Alemania, y en paralelo con otros proyectos de señalización, que así en frío pueden sonar como proyectos muy rígidos, pero la verdad es que todo lo contrario. Es muy desafiante comenzar proyectos que se desarrollan para lugares nuevos y que tienen necesidades propias.
